¿Qué es el Sistema Nacional de Abastecimiento?

La primera vez que tuve noticia de la existencia de un Sistema Nacional de Abastecimiento (SNA) fue en el año 2007, en el capítulo de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo referido a los Sistemas Administrativos y junto con los de Presupuesto, Planeamiento, Control, entre otros. Pero al igual que muchos otros inventos de la gestión pública, en ese momento era solo un enunciado en una norma sin desarrollo en ningún lado. Lo cual no quiere decir que no existiera, porque de algún modo las entidades públicas se hacían de los bienes, servicios y obras que necesitaban, aunque no hubiera una organicidad al respecto.

Tuvieron que pasar más de diez años para que el 2018 se emitiera el Decreto Legislativo 1439 y se le diera contenido al SNA. Sus pilares son la Programación, se busca que las adquisiciones dejen de pensarse de manera anual y se planifiquen de forma multianual, en periodos de tres años, lo que permitirá no tener que realizar procedimientos de selección cada año, como ocurre actualmente para la mayoría de casos; aprovechar la economía de escala; y alinear las contrataciones con instrumentos de planificación y presupuesto que también se desarrollan por trienios. En el segundo pilar, la Gestión de Adquisiciones, se busca trabajar sobre lo que ya existe; los procedimientos de contratación pública y la regulación sobre gestión de contratos se vienen desarrollando por años, el reto es unificar los diferentes regímenes y vincular esta regulación con otros componentes del Sistema. El tercer pilar, tal vez uno de los más desatendidos, es la Administración de Bienes e incluye su almacenamiento, distribución, mantenimiento y disposición final. 

Pero eso es la norma, al día de hoy tenemos implementada la Dirección Nacional de Abastecimiento dentro del MEF, como órgano rector; se emitieron comunicados durante el aislamiento obligatorio decretado por la pandemia del COVID-19 respecto de la suspensión y el reinicio de los procedimientos de selección; y se vienen realizado labores de difusión a través de conferencias virtuales. Para el 2021 se tiene planeado implementar la programación multianual de las contrataciones – lo cual sería un avance importante – y suponemos que las modificaciones que deben estar próximas a realizarse  a la normativa de contrataciones, entre otras cosas, buscarán incorporar esta mirada más orgánica del abastecimiento en su articulado.

Por lo demás queda la parte más difícil, convertir buenas intenciones en algo tangible y que genere valor público en un tiempo razonable.